A veces,
me apetece
en las noches en que los fantasmas que me habitan
cortan todo a su alrededor en una perfección casi quirúrgica
pintar el cabello con los colores del arcoiris
y dejar que todas las almas que viven en mí se manifiesten
al mismo tiempo sin hacer pautas ,
en un festival de saltimbancos locos.
Tal vez me transforme en la estatua de sal
que se disolvía inmediatamente con las primeras lluvias de invierno...
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